PERSONAS ILUSTRES DE VILLARROBLEDO: DIEGO MORCILLO RUBIO DE AUÑÓN DE ROBLEDO
Seguro que si a los villarrobledenses les preguntamos que si han escuchado hablar alguna vez de Diego Morcillo Rubio de Auñón de Robledo, la respuesta sea negativa; la cosa cambiaría si por el que preguntamos es por “Virrey Morcillo”, es probable que señalarán que centros educativos llevan ese nombre o una calle de la localidad, pero ¿Quién fue? Debo decir que Diego Morcillo Rubio de Auñón de Robledo es el nombre completo de Virrey Morcillo, persona Ilustre de Villarrobledo, ¿Quieres saber más?
Recordar que un virrey es una persona que gobernaba y administra un territorio en nombre del rey, con la misma autoridad y poder, cuando éste se encuentra ausente. Dicho cargo se desarrolló en las colonias americanas españolas.
Diego Morcillo Rubio de Auñón nació el 3 de enero de 1642 en Villarrobledo, siendo hijo de Alfonso Morcillo Rubio de Auñón y María Manzano. A temprana edad ingresó en la Orden de los Trinitarios Descalzos de la ciudad de Toledo. Realizó estudios de Filosofía y Teología en la Universidad de Alcalá, llegando a ocupar el puesto de profesor.
La fama sobre su enorme cultura y aguda inteligencia fue creciendo hasta llegar a oídos del rey. Mientras impartía clases en Alcalá, el rey Carlos II lo nombró predicador de la Cámara Real y teólogo de la Real Junta de la Concepción. Así mismo consiguió el puesto de calificador dentro del Consejo Supremo de la Inquisición y el de teólogo consultor del Nuncio de Su Santidad en Madrid.
Su imparable avance dentro de la jerarquía eclesiástica y política, le llevó a asumir importantes cargos en el Nuevo Mundo. Así, el 21 de noviembre de 1701 fue nombrado obispo de León (en Nicaragua), pero antes de tomar posesión y habiéndose ya puesto en camino hacia aquella diócesis, fue nombrado sobre el 14 de mayo de 1708 obispo de La Paz (Charcas). Más tarde sería designado como arzobispo de La Plata (en Charcas) el 21 de marzo de 1714 y, finalmente, arzobispo de Lima el 12 de mayo de 1723. Simultáneamente, se le encomendó la dirección del Virreinato del Perú.
En 1716, durante su arzobispado de La Plata en Charcas, fue reclamado por el rey Felipe V para asumir el título de virrey de Perú hasta que el 5 de octubre cuando el cargo fue asumido por Carmine Nicolás Caracciolo.
Al final del mandato de Caracciolo, Morcillo recibió de nuevo el encargo del Rey de ocupar la sede vacante, esta vez como titular. Entró solemnemente en Lima y ocupó el cargo el 26 de enero de 1720.
El arzobispo Morcillo falleció en su sede de Lima el 11 de marzo de 1730, a la edad de 88 años, y fue sepultado en la Catedral de Lima.
Vivió austeramente y se destacó por su prodigalidad en la distribución de limosnas; pero como virrey y como arzobispo se distinguió también por el envío de donativos para la Corona y como benefactor de su Orden y su ciudad natal, Villarrobledo.
A su mecenazgo se deben importantes donaciones en metálico para construir iglesias y conventos de trinitarios calzados, tanto en Perú como en Toledo, Alcalá o su propio pueblo de Villarrobledo donde fundó un convento de carmelitas. En la parroquia de esta última localidad se conserva el ostensorio que envió desde Nicaragua en el año 1708.
PEDRO CRESPO
Departamento Sociolingüístico